Recortar su pelo presenta otras ventajas que van más allá del aspecto estético: ayuda al equino a estar más cómodo a la hora de trabajar o moverse y evita enfriamientos, dado que el pelaje retiene la humedad. 

Si bien es cierto que un caballo esquilado resulta mucho más estético, recortar su pelo presenta otras ventajas que van más allá del aspecto, ayudando al equino a estar más cómodo a la hora de trabajar o moverse, sin que le pueda molestar su pelaje.

El rasurado permite que el caballo sude menos. Y cuando lo haga el sudor se secará antes, dado que un pelo largo conserva la humedad. De esta manera, se evita que le pueda bajar mucho la temperatura y, por lo tanto, que haya enfriamientos. Precisamente por ello, y aunque pueda parecer paradójico, el mejor momento del año para esquilar tu caballo es durante el otoño. Incluso, si es necesario, se puede hacer un nuevo recorte del pelo en el invierno.

Si hay un exceso de humedad en la cuadra o su propio box, que el animal esté esquilado también ayuda a que no coja hongos. Además, otro beneficio es que si se produce una herida, siempre es mejor contar con una zona limpia para evitar infecciones.

Según el tipo de trabajo o actividad del caballo, existen diferentes formas de esquilado. Así, los hay desde el que se hace sólo en las zonas del cuello y del pecho -por donde más suda- hasta los completos, empleado para todo tipo de equinos, aunque propio fundamentalmente para los de exhibición o competición.

Otros tipos de esquilados son:

  • De enganche: pensado para caballos con poco trabajo, se deja el pelo en la parte superior y las patas, y se recorta el vientre y la parte inferior del cuello.

  • De manta: similar a la anterior aunque también se esquila el cuello por completo hasta la cruz, para caballos con algo más de trabajo.

  • De caza: se esquila todo el cuerpo con la excepción de las patas y la zona donde va la silla, en caballos con una actividad más intensa.

Herramientas para esquilar

Existen diferentes tipos de máquinas eléctricas para el esquilado, cuestión a evaluar en función de cuánto se empleará y del presupuesto que se tenga para invertir en esta herramienta; incluso de si va a necesitar también otra de un tamaño más pequeño para la cara del caballo o zonas de difícil acceso. En Le Galop contamos con una variada gama de maquinas de esquilar caballos, desde modelos con cable de la marca Heiniger Delta hasta otras inalámbricas y más pequeñas de Legato y Pico.

Sea cual sea, cuando se esquila, siempre debe tener las cuchillas bien afiladas y comprobar que no estén desdentadas por ninguna zona, ya no sólo para no dejar posibles trasquilones, sino también para que se deslice bien y evitar que le pudiera hacer algún daño al caballo. Además, no hay que olvidar ir echando aceite en el orificio con el que cuentan para ello, para que esté en todo momento bien lubrica.

En el caso de que la esquiladora sea de batería deberá estar bien cargada y para los modelos de cable, contar igualmente con un alargador para poder trabajar cómodamente en torno al equino y que a este no le moleste el cable.

Otras herramientas necesarias son un cepillo para limpiar bien al caballo antes de comenzar; escoba y recogedor, para ir recogiendo pelos a medida de se va esquilando y, en el caso necesario, disponer de una banqueta o apoyo, para poder estar más elevado a la hora de esquilar zonas altas como el copete o las orejas y así tener un buen manejo de la máquina.

Proceso de esquilamiento

Antes de comenzar con el esquilado, además de comprobar que el caballo está seco, siempre será recomendable estar en un ambiente tranquilo. De hecho, si permite que esté suelto, mejor. Si no, deberá estar atado en la cabezada de cuadra.

Acercando poco a poco la esquiladora para que el animal se acostumbre al ruido, el esquilado se debe hacer de forma pausada y a contrapelo. En la cabeza, el corte se puede comenzar por la quijada inferior y posteriormente se continuaría por la crin. Seguiríamos por los costados del caballo, teniendo especial atención a los ‘remolinos’ que puede tener el pelo, moviendo la esquiladora en semicírculos para mantener la dirección de contrapelo. Hacia la parte trasera, lo habitual hacer un triángulo desde el lateral de la cola hasta la columna vertebral del caballo. Además de la cabeza, el bajo vientre es una de las zonas más delicadas de los caballos, así como la parte interior de las patas. En las extremidades, habrá que tener más cuidado y pausa aún, especialmente zonas como el codo.

Además de poder emplear una esquiladora más pequeña, en parte de difícil acceso es recomendable estirar la piel del animal con una mano. A medida de que se vaya esquilando zonas hay que ir cubriéndolas con una manta, preferentemente de yute. Y cuando se finalice por completo, será recomendable un nuevo cepillado del animal.

Antes de comenzar el esquilado sería interesante desconectar el pastor eléctrico por si hiciera algún movimiento brusco, una vez terminado te mostramos como conectar el pastor eléctrico.