En las instalaciones hípicas los picaderos de caballos permitirá disponer de un espacio diáfano para continuar trabajando con los caballos en ejercicios como ir al paso, salir al trote, parar, salir al galope, transiciones… que pueden ir siendo cada vez más complejos.

El adiestramiento es parte fundamental de la vida de los caballos, ya que tiene como finalidad desarrollar su físico y habilidades, y pasa por diferentes fases. Una vez se ha conseguido en la cuadra que el equino se deje tocar por todo el cuerpo y permita estar atado y ensillado, y por lo tanto tenga la confianza de las personas cuidadoras, hay que dar un nuevo paso donde el animal aprenda órdenes, comenzando por las más básicas.


Elementos de picaderos de caballos

 Estos recintos suelen tener una forma cuadrada o rectangular y pueden estar cubiertos o al aire libre. Y en función de las necesidades de adiestramiento de los animales existen desde instalaciones cerradas más completas, con perímetros amurallados y que cuentan incluso con espejos para que jinetes y amazonas vaya comprobando cómo se están realizando los ejercicios, hasta simples terrenos delimitados con un vallado.

Sea el tipo de instalación que sea, hay que tener en cuenta una serie de conceptos fundamentales que revertirán en la seguridad y el bienestar del animal, y en su manejo, sin olvidar el coste y mantenimiento. Así, en el último caso, un vallado inapropiado puede ocasionar graves inconvenientes como accidentes. Por ello es muy importante que, en todo momento, el caballo tenga consciencia de la existencia del vallado, estando siempre fácilmente visible. También, en cuanto a la seguridad, hay que evitar en todo momento elementos potencialmente cortantes. Como decimos en Le Galop, marca de la división de instalaciones hípicas del grupo Agrobroker, “es preferible que se rompa el vallado que el caballo”.

En su catálogo cuenta con una variedad de cercados para caballos, entre ellos pensados para delimitar la zona de picaderos de caballos, para la que se recomienda tener una altura de entre 130 a 150 centímetros. Hay que tener en cuenta que cuanto más alto sea el vallado más elementos horizontales se necesitan, especialmente si también van a hacer uso de la instalación tanto ponis como potros. En estos casos, normalmente se suelen poner entre dos y tres elementos horizontales. 

También hay otros elementos habituales en los picaderos que se emplean de referencia para el adiestramiento del equino. Así, en el centro geográfico de esta instalación se puede encontrar un pilar, que se usa como referencia de una vuelta o en otras ocasiones, dos pilares situados igualmente en la zona central y paralelos a los límites del recinto y cercano el uno del otro, para el entrenamiento de diferentes figuras.

Evidentemente, el suelo de un picadero debe ser blando, para una mayor comodidad de los caballos. De hecho, en los últimos años ha habido una importante evolución en este ámbito, en el que se ha pasado de terrenos completamente naturales a suelos compuestos con arenas de sílice mezcladas con geotextil y fibras, como el sistema que emplean las pistas Otto. La pista de equitacion Otto también contribuye a un mejor drenaje.

 

Mantenimiento del picadero de caballos

 En este sentido, también es muy importante el cuidado del suelo de picaderos de caballos, para evitar problemas de salubridad. En el mercado existen productos sanitarios especializados, destinados a la eliminación de los residuos, con lo que así también se elimina en el olor del purín y de la orina, además de evitar la aparición de insectos en el ambiente.

Para el mantenimiento de los suelos Otto, Le Galop cuenta con rastras para remover la arena de la capa superior, mientras que posteriormente se va aplanando y unificando la superficie con un rodillo.