Si la actividad del caballo va a suponer un mayor desgaste de los cascos de lo que de forma natural se regeneran, las herraduras se convierten en buenas aliadas para el equino. Es el principal motivo del porqué se hierran los caballos.

Voces discrepantes del herraje a los caballos las ha habido, las hay y las habrá. Y uno de los argumentos más obvios es que los caballos de forma natural están descalzos, por lo que así estarían más cómodos. Pero también es evidente que si la actividad del caballo va a suponer un mayor desgaste de los cascos de lo que de forma natural se regeneran -algo menos de un centímetro al mes-, máxime en razas que ya de por sí tienen la pared del casco muy fina, las herraduras se convierten en buenas aliadas para el equino. Este sería el principal motivo del porqué se hierran los caballos.

También son imprescindible en los casos de animales que están la mayoría del tiempo en la cuadra de caballos. Y es que, uno de los factores que más influyen para tener un casco sano es que haya una buena circulación sanguínea, que es más probable en caballos con más movimiento y en diferentes terrenos, y más si son blandos. Por lo tanto, de no ser así, el herraje sí se hace necesario al evitar el desgaste al contacto con esos suelos duros.

En este sentido, es fundamental en el proceso del herraje tener cuidado a la hora de cortar en la zona de la ranilla, esa parte blanda y flexible del casco con forma de V en la parte trasera de la palma. Su función principal es amortiguar y absorber el impacto de las patas con el suelo, pero también ayuda a la microcirculación del casco, vital para la llegada a los tejidos del oxígeno y nutrientes necesarios. De hecho, es como si funcionara en este aspecto como un ‘minicorazón’ que hace que bombee sangre a cada paso. Por ello, el casco siempre deberá contar con una ranilla sana y cuidada para evitar el deterioro del casco.

Desaconsejamos herrar al equino si su actividad física se desarrolla en planchas perforadas la gran mayoría del tiempo.

¿Cuándo se debe herrar al caballo?

Los especialistas recomiendan herrar a los caballos no más allá de las ocho semanas. Y es que hay que tener en cuenta que si se pasa mucho tiempo sin recortar, puede verse alterado el equilibrio del casco, incluso, a la larga, provocar un daño en el equino.

En cuanto a la periodicidad a la hora de renovar el herraje, hay que analizar el crecimiento del casco y el desgaste de la herradura y su ajuste. Lo primero va a depender de la época del año y del caballo, siendo lo habitual entre uno y dos meses. De hacerse muy seguido en el tiempo, la pared del casco se puede deteriorar por los clavos. Pero también hay que observar el crecimiento a los 40-45 días, porque puede alterarse el aplomo del caballo, provocando con el tiempo dolores o, incluso, lesiones. Hay que tener muy en cuenta que el crecimiento del casco modifica la estructura y la alineación de la pata con el cuerpo. También mucho cuidado con que el caballo tenga un buen herraje. Si el animal no tiene correctamente puestas las herraduras durante mucho tiempo puede haber repercusiones también en los tendones y sus articulaciones.

Herrajes correctivos

Además de minimizar el desgaste de los cascos, la herradura también es una herramienta que ayuda a ajustar posibles defectos que puede presentar el caballo, como cascos mal proporcionados o defectuosos, o que presentan trastornos en el paso. En este caso, estaríamos hablando de hacer un herraje correctivo.

El objetivo es contrarrestar el desequilibrio, ya sea anatómico o funcional, que tiene el caballo, y así permitir que el animal pueda tener una actividad normal, pudiéndose aprovechar para el trabajo, e incluso para el deporte.